"Es un criminal, delincuente, asesino y es necesario que se le aplique todo el rigor de la ley, creo que es especialmente importante descubrir quién y con qué fin le hizo coger el arma en la mano y disparar contra las personas", escribió Kadírov, "los que fueron vinculados con él merecen pena de igual gravedad".
"Un creyente nunca atentará contra la vida de los inocentes", recalcó.
Kadírov declaró que el Cáucaso del Norte siempre se ha destacado por la cooperación y el entendimiento entre los musulmanes y los cristianos.
El líder trasladó el pésame a las familias de los fallecidos y votos de pronta recuperación a los heridos.
El 18 de febrero un joven, de 22 años, disparó contra una multitud que celebraba el último día del carnaval ruso (Máslenitsa) en Kizliar.
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El ataque se saldó con cinco muertos y tres heridos.
El asesino fue abatido por los representantes de las fuerzas de seguridad.
El grupo terrorista Daesh (proscrito en Rusia y otros países) asumió responsabilidad por el tiroteo aunque no presentó pruebas.