El proyecto Nord Stream 2, impulsado por Gazprom, la mayor compañía de gas de Rusia, y un pool de empresas de Alemania, Austria, Francia y Países Bajos, prevé el tendido de dos tuberías desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico para elevar la seguridad energética de Europa ante la inestabilidad del tránsito por el territorio de Ucrania.
"Es una cuestión política, una cuestión de riesgos serios que podrían darse si se construye el Nord Stream 2", dijo Morawiecki, quien a mediados de diciembre asumió como nuevo primer ministro polaco.
Recordó que Gazprom exporta a Europa entre 180.000 y 185.000 millones de metros cúbicos anuales de gas, casi un tercio se realiza por Ucrania.
Morawiecki argumentó que la dependencia del tránsito por Ucrania "disuade a Rusia de actos de agresión" en alusión a la crisis política interna que vive Ucrania en el este de su territorio.
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Moscú rechazó en numerosas ocasiones esas insinuaciones y expresó su interés por una solución de paz a los enfrentamientos entre las tropas del Gobierno ucraniano y las milicias del Donbás.
Rusia y empresarios alemanes denunciaron varias veces la politización del proyecto de gas Nord Stream 2.
Ucrania se opone enérgicamente al proyecto energético que le haría perder su condición de vía principal de tránsito del gas ruso a Europa.
Con todo, el director financiero del proyecto, Paul Corcoran, comunicó el 6 de febrero que planea obtener este mes todos los permisos necesarios y empezar la construcción a mediados de 2018.
El gasoducto proyectado para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas pasa por las zonas económicas de Alemania, Dinamarca, Finlandia, Rusia y Suecia.