"Para este gobierno es muy importante la libertad, y dentro de la libertad es muy importante el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular en la educación de sus hijos", dijo en rueda de prensa portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo.
Actualmente, en Cataluña la lengua vehicular en la educación primaria y secundaria es el catalán, tal como fijó en 2009 una ley autonómica.
Sin embargo, en 2014 el Gobierno central realizó una reforma educativa y, tras varias sentencias judiciales, se incluyó la posibilidad de que las familias pidieran la escolarización en castellano, lo que requiere unos trámites paralelos a la hora de realizar la matrícula.
"La resolución de preinscripción tal y como estaba en los tres últimos cursos, ha sido recurrida por el Gobierno y lo coherente es que de acuerdo al contenido de ese recurso vayamos a modificarla en ese sentido, explicó Méndez de Vigo.
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El ministro de Educación afirmó que actualmente se encuentra "estudiando la fórmula" para que facilitar la matriculación con el castellano como lengua vehicular, lo que supone dar al menos el 25% de las clases en ese idioma.
"Esto no significa un cambio del modelo educativo en Cataluña. Los modelos educativos están en las leyes", añadió.
En primer lugar, los defensores del modelo de inmersión lingüística creen que esta medida podría repercutir tanto en el currículo escolar de los alumnos como en la normalización de la lengua catalana.
Además, la mayoría de los partidos políticos critican que el Gobierno central use el artículo 155 para estas cuestiones, ya que al principio la intervención se anunció como una herramienta quirúrgica para detener en el proceso independentista sin vulnerar el autogobierno catalán.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 26 сентября 2017 г.
El artículo 155 seguirá activo en Cataluña hasta que el Parlamento autonómico nacido de las elecciones del pasado mes de diciembre consiga formar un Gobierno.