"A la vista de las pruebas practicadas, puede afirmarse que el condenado sufrió una psicosis reactiva, denominada trastorno psicótico breve, con ideación delirante, en el cual creyó que era inminente un atentado terrorista y que tenía que evitarlo por todos los medios", informó la Audiencia Provincial de Madrid.
Según la información facilitada por el juzgado, el agente, que en esos momentos se encontraba de baja laboral, provocó un accidente para detener el coche en el que circulaba la víctima.
Acto seguido, tras obligar a Slimani a bajar del vehículo, le disparó en las piernas hasta en once ocasiones, alcanzándolo en seis de ellas.
Ya abatido en el suelo, el agente le golpeó insistentemente en la cabeza con la culata de su arma.
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Finalmente, el agente puso su pistola en la sien del ciudadano de origen marroquí y efectuó el disparo que le causó la muerte.
La condena fue menor a los 21 años de prisión que solicitaba el Ministerio Público al "estimar la eximente incompleta de trastorno mental transitorio".
El fallo considera al Estado responsable civil subsidiario, ya que el asesinato se produjo con el arma reglamentaria del agente.
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La familia de la víctima recibirá 1.145.000 euros en concepto de indemnización, según relata la sentencia.