"En primer lugar tenemos que poner fin a las emociones destructoras en torno al problema de reubicación porque continúan alimentando el populismo e dividiendo Europa", dijo Tusk.
Tusk señaló que la migración seguirá siendo un problema durante muchos años y por eso es necesario encontrar una solución que permita manejar el flujo migratorio sin crear discrepancias en la UE.
"Es posible pero para eso, claro, los países deben llegar a un consenso", recalcó.
Anteriormente Tusk criticó el sistema de cuotas obligatorias en la UE para acoger a los refugiados alegando motivos de ineficacia y calificándolo de factor divisorio de Europa.
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Más tarde, se aprobó la reubicación de otros 120.000 demandantes de asilo.
Países como Chequia, Polonia, Eslovaquia y Hungría, expresaron su descontento con las cuotas obligatorias.