"Vemos como EEUU aprovecha cada ocasión para apretar las tuercas de las sanciones y amenazar con el uso de la fuerza; espero que no se opte por este escenario, que según las estimaciones de expertos costaría un millón de vidas, o incluso más", dijo.
Además expresó esperanza de que "EEUU consulte, como minino, a los países afectados por esta situación, en primer lugar, a las autoridades de Corea del Sur y Japón".
En 2017 Corea del Norte llevó a cabo una quincena de pruebas de misiles balísticos y su sexto ensayo nuclear, pese a las numerosas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
En septiembre pasado el Consejo aprobó por unanimidad una resolución contra Pyongyang que reduce bastante sus exportaciones e importaciones y que afecta gravemente la capacidad del país de abastecerse de combustibles.
A finales de diciembre de 2017 fue aprobada otra resolución internacional que amplió el embargo comercial a Corea del Norte y redujo aún más sus oportunidades de financiación desde el extranjero.
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Se trata del más riguroso régimen de sanciones del siglo XXI.