Los colegas de Nurmátov, que escribía bajo el seudónimo de Alí Feruz, temían que el este fuese perseguido en Uzbekistán en caso de su retorno.
"La situación con la salida de Judoberdí Nurmátov de Rusia, sin dudas, es complicada y poco transparente, pero, en nuestra opinión, esa decisión en este caso puede ser catalogada como una muestra de humanidad con relación al periodista", indicó el servicio de prensa de la organización.
Según el periódico, el Tribunal de la ciudad de Moscú —al que el Supremo había obligado a reexaminar el caso y estudiar la posibilidad de una "salida controlada" de Rusia— incluyó en el expediente un documento de viaje que Nurmátov había recibido de la Cruz Roja, un billete a Alemania, el visado alemán y una solicitud firmada por la madre del periodista.
Eurodiputado letón: el Gobierno de Letonia teme a los periodistas https://t.co/xubkwBH5kl
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 5 января 2018 г.
La Policía cuenta con datos de que Nurmátov se encontraba de manera ilegal en Rusia desde 2011, desde 2012 estaba indocumentado, y en 2008 fue mencionado en las declaraciones de un reclutador de un grupo yihadista.
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Los colegas del periodista uzbeko se niegan a dar fe que se trata de un islamista radical, y escribieron una carta al presidente de Rusia, Vladímir Putin, pidiendo suspender su deportación.
Anteriormente, el Consejo presidencial de DDHH alertó de que la expulsión de Nurmátov sería contraria a la Constitución rusa y al Convenio Europeo de Derechos Humanos, ya que algunos miembros de su familia son ciudadanos de Rusia.
