El consorcio franco-alemán KNDS (KMW+Nexter Defense Systems) se encargará de crear el nuevo tanque de la OTAN. Esta no será la primera experiencia conjunta de ambos países en este apartado, ya que en 1957 París y Berlín se comprometieron a elaborar un 'tanque europeo'.
Más tarde Alemania presentó la segunda modificación de Leopard, allá por 1970, mientras que Francia lanzó una nueva serie en 1990, diseñando, concretamente, la máquina militar AMX-56 Leclerc. Ambos llegaron a erigirse en los principales carros de combate de los Ejércitos de Alemania y Francia.
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Después siguió una disminución en la demanda de tanques —debido a la desintegración de la URSS y al fin de la Guerra Fría—. No obstante, los ensayos del carro de combate ruso T-14 Armata y de otros equipos militares impulsó a París y Berlín a colaborar en el ámbito tecnológico-militar, según expone Krámnik.
Actualmente, el proyecto internacional se denomina Sistema de Combate Terrestre Móvil (MGCS, según sus siglas en inglés). El nuevo tanque tendrá una configuración clásica de menos de 60 toneladas. Dispondrá también de un habitáculo de combate y estará equipado con un cañón de carga automática de calibre 130 mm.
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El bajo peso del tanque facilitará su traslado por avión y aumentará su movilidad en general. Por comparación, la movilidad de los tanques М1А2 Abrams de 70 toneladas resulta ser muy limitada.
El mayor obstáculo para la producción de la prometedora máquina podría ser la burocracia militar europea, considera el columnista. Krámnik aseguró que la producción del tanque estaría posiblemente en suspenso durante muchos años.