Congreso del Diálogo Nacional Sirio
Rusia confía en que los resultados logrados en el Congreso del Diálogo Nacional sirio en Sochi ayuden a impulsar el proceso negociador en Ginebra, declaró el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa expresó, además, la esperanza de que los avances logrados en los diálogos de Sochi permitan "entablar un diálogo amplio entre los sirios basándose en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU".
El canciller ruso criticó al sector de la oposición siria que rechazó acudir al Congreso del Diálogo Nacional.
"El grupo de la oposición, procedente de Estambul, llegó a Sochi pero por razones que no tienen nada que ver con el proceso de diálogo, yo hasta diría artificiales, se negó a participar en el Congreso y retornó a Estambul", dijo Lavrov.
El evento contó con la presencia de unos 1.500 delegados de varios grupos sociales, políticos, religiosos y étnicos de Siria.
Según una fuente diplomática turca, la delegación opositora siria llegó a Sochi para asistir al Congreso, pero al ver las banderas y los logotipos del Gobierno de Damasco, se negó en señal de protesta a pasar el control de pasaportes para entrar en el país.
Lavrov desveló que en una conversación con De Mistura, el diplomático de la ONU le confesó que estaba impresionado por los debates, a veces acalorados, que tuvieron lugar durante el Congreso.
"De Mistura dijo que este congreso facilitaba sus esfuerzos para reanimar las negociaciones de Ginebra", indicó.
Todo ello, recalcó, demuestra que realmente el evento no estaba amañado como querían hacer creer ciertos medios de comunicación occidentales.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La resolución del conflicto se busca también en las plataformas de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y de Astaná, patrocinada por Rusia, Turquía e Irán.
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Situación en Libia
"Desde el mismo inicio de los esfuerzos internacionales para restablecer el orden en Libia, destruido por la agresión ilegal de la OTAN, que violó la resolución del Consejo de Seguridad, nosotros defendimos avanzar por medio de un diálogo nacional para solucionar una situación creada e intolerable", señaló el ministro de Asuntos Exteriores ruso.
Para el titular ruso, "Libia se convirtió en una 'zona gris' por la que los extremistas se propagan a la región del Sáhara y el Sahel, hay tráfico de armas, y de sur a norte se producen oleadas de migrantes ilegales que van a Europa, creando enromes problemas a muchos países europeos, incluyendo Italia".
Por su parte, el ministro de Italia, Angelino Alfano, defendió la necesidad de hacer todos los esfuerzos posibles para que 2018 sea un año decisivo para la solución del conflicto libio.
"Italia, Rusia y toda la comunidad internacional coinciden en la necesidad de ofrecer apoyo a los esfuerzos del enviado especial [del secretario general de la ONU para Libia, Ghassan] Salamé en la realización de su plan", indicó el canciller italiano.
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Según Alfano, "una prueba de que esto debe rendir frutos es que vemos como en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU existe una opinión clara y compartida por todos".
"Considero que como resultado de los esfuerzos conjuntos, los esfuerzos del pueblo sirio y de los factores internacionales que participan en la solución de este proceso, podemos considerar que la próxima tarea para este año es hacer todo lo posible para que 2018 nos acerque a un resultado exitoso", indicó.
El canciller italiano recordó que la crisis en esta nación africana dura ya varios años.
"Comprendo hasta qué punto resulta ambicioso el plan de Salamé, concluir todo en 2018; sin embargo, queremos creer que eso será así, y nos esforzamos al máximo con ese fin", subrayó.
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Europa vive una de las peores crisis migratorias desde la Segunda Guerra Mundial, causada por conflictos armados y problemas económicos en Oriente Medio y África del Norte.
En lo que va de este año, 5.747 personas llegaron al continente europeo, de ellas 3.176 a Italia.
Libia atraviesa una profunda crisis desde 2011, año en el que fue derrocado y asesinado Muamar Gadafi, quien fuera su líder durante varias décadas, y cuyo Gobierno limitó históricamente el flujo de migrantes hacia Europa.
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Sin embargo, el nuevo Gabinete en Trípoli no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes (Parlamento oficial) en Tobruk que cuenta con el apoyo del Ejército Nacional encabezado por Jalifa Haftar.
Las fuerzas libias al mando de Haftar libran una larga guerra contra los yihadistas que operan en el país.
Elecciones presidenciales en Rusia
Moscú está dispuesto a que representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) observen las presidenciales rusas 2018, declaró el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
"Por supuesto que Rusia reafirmó la disposición a recibir a los observadores de la OSCE en las elecciones presidenciales rusas en marzo", dijo Lavrov.
Precisó que la Comisión Electoral Central rusa y la OSCE acordaron todos los detalles al respecto.
La OSCE planea enviar a Rusia por un corto plazo a 420 observadores y a 80 por un plazo largo, pero la lista final de los participantes todavía será precisada.
Anteriormente, la entidad aseguró que, durante las elecciones presidenciales rusas, no enviará observadores a Crimea que se separó de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras un referendo celebrado en marzo de 2014, un mes después del golpe de Estado ucraniano.
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Rusia celebrará las próximas elecciones presidenciales el 18 de marzo de 2018.
La campaña electoral arrancó oficialmente el pasado 18 de diciembre.
Situación en Ucrania
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, llamó al Gobierno del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, a respetar los acuerdos de Minsk para poner fin al conflicto con las milicias en Donbás.
Italia preside este año la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organismo que junto con Rusia y Ucrania integran el Grupo de Contacto Trilateral, plataforma que busca una solución al conflicto en Donbás.
"Me refiero a las medidas provocadoras de Kiev, como el bloqueo completo a ciertas zonas de Donetsk y Lugansk, la ley de la reintegración de Donbás aprobada recientemente, que de hecho, anula los acuerdos de Minsk, y la tristemente célebre ley de educación que discrimina el ruso y otros idiomas de las minorías en Ucrania", precisó Lavrov.
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El jefe de la diplomacia rusa señaló que comparte el planteamiento de su par italiano de que con voluntad política los bandos pueden ponerse de acuerdo.
"Una prueba de ello es el canje de las personas retenidas que tuvo lugar antes del Año Nuevo", remarcó.
A día de hoy, puntualizó, el Grupo de Contacto estudia proseguir ese proceso.
"Esperamos que Ucrania honre los acuerdos alcanzados ya que finalmente el canje se produjo gracias a las posiciones constructivas de Donetsk y Lugansk (…) Y es que pese al pacto inicial el Gobierno ucraniano entregó a Donbás menos personas de las que se había comprometido", constató Lavrov.
A su vez el canciller italiano subrayó que los Acuerdos de Minsk sobre la normalización en el este de Ucrania no tienen alternativa, se debe mantener todos los formatos de las negociaciones que se usan actualmente.
Señaló que la crisis ucraniana "es un asunto prioritario" para Italia como país que preside actualmente la OSCE.
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"No existe alternativa para los Acuerdos de Minsk, es el principal mensaje que queremos transmitir, no se puede admitir que la situación se deslice hacia el empeoramiento, que se viole el acuerdo sobre el cese del fuego, lo declaramos al conversar con los representantes de Kiev y desarrollaremos el máximo esfuerzos para eliminar la crisis", dijo en rueda de prensa tras sostener negociaciones este 1 de febrero con el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
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También indicó que se debe conservar todos los formatos de las negociaciones existentes: el Grupo de Normandía (Rusia, Francia, Alemania, Ucrania), el Grupo de Contactos Trilateral (Rusia, Ucrania y la OSCE) y el trabajo en el marco de la OSCE.
"El problema de la confrontación en el sudeste de Ucrania preocupa seriamente a todo el mundo, pues actúa como factor desestabilizador que rebasa los marcos regionales", subrayó.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.
Las hostilidades han dejado hasta la fecha unos 10.300 muertos, según estimaciones de la ONU.
