"Mi visita intensificará la era dorada de las relaciones entre Reino Unido y China", remarcó antes de partir de Londres.
La dirigente conservadora viaja acompañada por el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, y una delegación de medio centenar de empresarios e inversores.
"Hay enormes oportunidades comerciales en China y queremos ayudar a los negocios británicos a sacar partido de ellas", añadió May.
Pero la negativa del Ejecutivo conservador a respaldar plenamente la Iniciativa de la Franja y la Ruta auspiciada por el presidente Xi Jinping corre el riesgo de malograr la visita, de acuerdo con algunos analistas.
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Fuentes ministeriales marcaron el énfasis en el interés de May por desarrollar lazos culturales, medioambientales y educativos, además de comerciales.
"Estamos trabajando juntos para hacer frente a los retos en seguridad global y regional, como Corea del Norte, cambio climático y polución medioambiental y para desarrollar robustos lazos bilaterales en comercio, inversión y cultura", adelantó la primera ministra.
May actuó con mayor moderación al hacerse con la jefatura de Gobierno en el verano de 2016.
Entre sus primeras decisiones de repercusión internacional estuvo la moratoria —finalmente levantada— que impuso a la entrada de capital estatal chino en la construcción y desarrollo de una central nuclear en el sur de Inglaterra.