En los ámbitos familiares y de trabajo es casi imposible escapar a las conversaciones sobre alguna serie que estrenó una nueva temporada. Este hábito de ver contenidos audiovisuales a demanda ha generado un cambio en las conductas.
Netflix dio a conocer cifras sobre el consumo de sus contenidos durante 2017. Según una encuesta que realizó a sus usuarios, estos vieron más de 140 millones de horas al día a nivel global.
Este es uno de los miedos que genera este tipo de oferta, el uso abusivo de contenidos disponibles a cualquier hora y sin límites. Un comportamiento que en inglés tiene su término: 'binge watching', cuando la persona se da un atracón de series o películas.
En España, investigadores de la Universidad Católica de Murcia realizaron un estudio apuntando al público universitario, denominado 'Nuevos modelos de consumo audiovisual: los efectos del binge-watching'.
Juan Francisco Hernández, docente del área de Comunicación y uno de los autores de esta investigación, explicó a Sputnik que el trabajo buscó identificar la forma en que esta actividad influye en los hábitos de los universitarios.
"El mayor consumo de las series se produce a través de los dispositivos digitales: el ordenador, el ipad, incluso el smartphone. En el caso de los universitarios estos realizan un consumo totalmente programado, porque son conscientes de la calidad y la disposición que les da la serie, y eso les satisface mucho", indicó Hernández.