"Las relaciones entre Cuba y Canadá son un ejemplo de respeto y beneficio mutuo", aseguró la directora de Europa y Canadá en la cancillería de la isla del Caribe, Alba B. Soto, en la ceremonia de apertura a la cual asistió el embajador canadiense en la mayor de las Antillas, Patrick Parisot.
Los participantes del mayor archipiélago del Caribe prestarán especial atención al análisis de las causas de la elevación del nivel del mar y a la gestión más adecuada en el manejo de las zonas costeras ante el peligro real de inundaciones, amenaza creciente en la actualidad para los pequeños estados insulares, se informó.
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Incluye el programa el manejo de los suelos y la seguridad alimentaria, así como la producción agrícola a partir de la agricultura urbana y el fortalecimiento de las cooperativas.
Con anterioridad, la consejera de cooperación de la embajada de Canadá en Cuba, Hilary Syme, informó que su país concentra la colaboración con la isla en proyectos agrícolas que abarcan varias provincias.
"Tenemos un presupuesto modesto para la cooperación, el cual se concentra en diversas áreas, en las que la agrícola es vital", dijo la diplomática en entrevista con la televisión nacional cubana.
Según Syme, junto con el Programa Mundial de Alimentos y en coordinación con el Ministerio de Agricultura de Cuba, avanza un programa que tiene como objetivo incrementar la producción de frijoles en los municipios de Unión de Reyes y Niceto Pérez, en la provincia de Matanzas (oeste del país).
La funcionaria también indicó que otro proyecto para el fomento de la agricultura urbana y periurbana con aspectos innovadores se implementa en cinco municipios de las occidentales provincias de La Habana, Mayabeque y Artemisa con participación de las organizaciones internacionales Care y Oxfam bajo la coordinación del Instituto Cubano de Investigaciones del Suelo.
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Ese programa incluye dos vertientes: por un lado, la preparación de las direcciones municipales de esta esfera en diseño, monitoreo y ejecución de planes territoriales de producción alimentaria; y por otro, la formación de los productores en temas de agrotécnicas, planes de negocios, cadenas de valor y género.
Los acuerdos que avalan esa colaboración fueron firmados por los ministerios cubanos de Agricultura (Minagri) y de Comercio Exterior e Inversión Extranjera; el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la embajada de Canadá en la isla.
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El objetivo de este proyecto es mejorar el desempeño de la cadena de frutales con incrementos de entre 10 y 30% de las producciones de guayaba, mango y papaya, según informaron autoridades del sector durante la rúbrica del documento.
También se pretende coadyuvar a un desarrollo más sostenible, que permita la sustitución de importaciones, según se informó.
Otro de los objetivos es potenciar las capacidades locales y nacionales para diagnosticar, proyectar y gestionar estratégicamente los frutales, a la par de incorporar un enfoque de cadena, la comprensión del mercado y el análisis de oportunidades, a fin de lograr retornos sostenibles a la inversión.
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También se pretende aumentar las capacidades de las cooperativas, con el objetivo de producir y comercializar frutas frescas y procesadas hacia los diversos destinos en una perspectiva de demanda diferenciada sobre bases sostenibles, y favoreciendo el empoderamiento de mujeres y jóvenes.
Canadá colabora con Cuba, además, en la formación de auditores de categoría nacional y en los territorios a través de un acuerdo con la Contraloría General de la República, y en otros programas vinculados a las carteras de Salud Pública y Energía y Minas.