"Para Rusia esta operación resulta provechosa aunque sea porque busca oponerse al fortalecimiento de EEUU en Siria, ya que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el Partido de Unión Democrática (PYD) kurdo-sirio son peones de Norteamérica", explicó.
"Turquía defenderá su seguridad, y eso, como vemos, no va de farol ni es un chantaje; al comenzar la operación en Afrin, Turquía defiende sus fronteras, Siria conserva su integridad territorial y también se conservará la integridad territorial de todos los países vecinos, ya que una desintegración de Siria podría conducir a la desintegración de estos", opinó.
Según Perincek, la colaboración entre Rusia y el PKK y el PYD no prosperará porque no es provechosa para Moscú.
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"A veces en Rusia se escuchan propuestas de acercarse al PKK, pero el PKK quiere crear un Kurdistán independiente, y cuando uno se acerca a ellos se torna automáticamente en partidario de esto, contraponiéndose a Turquía, Siria, Irán, Irak… Rusia nunca dará este paso", estimó.
Sin embargo, Perincek considera que "EEUU incluso sin eso se enfrenta a Turquía y otros países de la región, y por ello el PKK seguirá en manos de EEUU".
La operación está dirigida contra grupos yihadistas y las Unidades de Protección Popular (YPG), brazo armado del PYD.
Para Turquía, las YPG son una extensión del PKK, prohibido en el país como organización terrorista.
Tras una ofensiva aérea, en la que según el Estado Mayor de Turquía participaron 72 aviones y fueron destruidos en total 153 blancos, el Gobierno turco anunció el 21 de enero el inicio de una operación terrestre en la zona.
Damasco condenó la operación turca contra Afrín y subrayó que es parte inalienable del territorio sirio.