Tras terminar su jornada laboral en San Petersburgo, Putin se dirigió a la vecina región de Tver, donde visitó el monasterio de Nilov y participó en la tradicional ablución en las gélidas aguas del lago Seliguer.
"Este año en la parte central de Rusia no hace el frío característico del período de la Epifanía, así que las temperaturas en la zona no bajaron menos de seis o siete grados centígrados bajos cero", comunicó el portavoz de Putin, Dmitri Peskov.
El funcionario agregó que no es la primera vez que el presidente ruso toma parte en las celebraciones ya que "hace varios años que practica esta tradición".
La Epifanía es ampliamente celebrada en Rusia. En los últimos años, entre 1,6 y 1,8 millones de personas acudieron a espacios acondicionados para zambullirse en las aguas frías de varios lagos, ríos y estanques de todas partes del país.
Vídeo: Los rusos se bañan en agua helada por la Epifanía Ortodoxa
