"Le pido que interceda para que la justicia modifique las condenas para las mujeres que somos madres de menores de edad para que podamos pagar nuestra deuda sin abandonar a nuestros niños, y evitar que más tarde sean ellos los condenados", dijo la reclusa del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, Jeanette Zurita.
Hasta la cárcel de mujeres de San Joaquín en Santiago llegó el 16 de enero el papa Francisco, en el contexto de su gira por Chile, donde escuchó el discurso que tenía preparado Zurita.
Fue en esta instancia cuando solicitó que el Papa "interceda" para modificar las penas de las reclusas madres de menores, petición que fue fuertemente ovacionada por las otras presas.
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Además, Zurita pidió perdón a quienes pudieron haber herido con sus delitos.
"Sabemos que Dios perdona y le pedimos al Papa que ore por nosotros y nuestros hijos", añadió Zurita.
También dio un discurso la capellán de la cárcel, Nelly León quien agradeció al Papa por visitar este centro penitenciario puesto que "las presas son las personas más olvidadas de nuestro país", comentó.
Por último, el papa Francisco dedicó unas palabras a las reclusas, señalando que para él "es importante compartir tiempo con los hermanos que están privados de libertad".
Afirmó que todas ellas tenían que defender su dignidad, ya que "uno puede ser privado de la libertad, pero nadie puede ser privado de la dignidad".
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La sociedad "tiene la obligación de fomentar la reinserción de los presos, tiene la obligación de reinsertar a todas y cada una de ustedes, eso métanselo en la cabeza y exíjanlo", finalizó el Papa.
Esta es la primera vez que Jorge Bergoglio visita una cárcel femenina desde que asumió como Papa en 2013.
El papa Francisco se quedará en Chile hasta el jueves 18 de enero, para viajar después a Perú.