Costa Rica es desde el siglo pasado un país líder en la producción de energías renovables en América Latina. En noviembre de 2017 el país centroamericano arribó al 99% de producción eléctrica gracias a estas fuentes limpias, el porcentaje más alto desde 1987.
Este 2018 el país centroamericano identificó la revolución vehicular como el objetivo que los guiará hacia la meta de carbono neutro, donde las emisiones netas de gases de efecto invernadero expedidas a la atmósfera equivalen a cero.
Felipe Carazo, director ejecutivo de Fundecor, una organización comprometida con mantener el rol vanguardista de Costa Rica en materia ambiental, declaró a Sputnik que el caso de abordar un sistema de transporte menos contaminante requiere de la participación ciudadana como un instrumento vital para la captación de energías renovables.
"El hecho de que los mismos ciudadanos puedan instalar en sus casas instrumentos de captación de energía renovable como paneles solares, incluso con un sistema para compartir a una red nacional en caso de excedentes es algo que ya está planificado", aseguró Carazo.
Estas metas requieren de esquemas donde la participación del ciudadano sea más activa. "Serían esquemas de participación interesantes con valiosas alternativas económicas, ya que una persona que tenga sus propios paneles para buscar energía limpia puede convertirse en proveedor de energía y si es eficiente, sacar un ingreso económico", aseguró el experto.
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Las lecciones aprendidas por Costa Rica al generar electricidad con energías renovables son hoy una punta de lanza para crear un modelo de desarrollo basado exclusivamente en estas fuentes.
Desde finales de la década del '40, el país centroamericano se embarcó en la explotación responsable y el cuidado de los recursos naturales. Los acuerdos visionarios del "Dividendo de la paz", que dieron lugar a la creación del ICE en 1949, propiciaron la búsqueda de la soberanía energética junto al cuidado del medio ambiente.
El hito de los 300 días de generación eléctrica 100% renovable se basa en la matriz de energía ligada a la producción de electricidad, pero esta matriz energética es mucho más amplia, según asegura el directivo.
"El tema de energía vehicular es hoy una de las líneas más agresivas para avanzar en un modelo de transporte que se alimente de energías renovables pero hay mucho trabajo por lograr" explicó Carazo.
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Parte de la estrategia costarricense es que lo alcanzado en temas de electricidad se conviertan en una plataforma para aspirar a más y hacer encadenamientos en temas de movilidad vehicular y otros espacios.
"Me refiero a que si el día de mañana logramos incluir y desarrollar en el país trenes eléctricos u otros vehículos que se alimentan de la misma fuente, podemos hacer un encadenamiento con la energía renovable y no propiamente una sustitución de la energía térmica", aseguró.
El país centroamericano cuenta con una matriz de energía para electricidad altamente renovable y se fundamenta principalmente en el desarrollo de fuentes hídricas, gracias a la complejidad del relieve costarricense y de circunstancias climáticas que favorecen las lluvias.
En 2017 el 78% de la electricidad provino del agua, el 10% del viento, otro 10% de la geotermia y un 0,8% de la biomasa y del sol, informó ICE antes de cerrar el año.