"Los resultados que hemos obtenido tras analizar los drones nos permiten extraer las siguientes conclusiones: que el uso de vehículos aéreos no tripulados con fines terroristas en cualquier parte del mundo es una amenaza real que requiere de medidas adecuadas para neutralizarla", explica el jefe del Departamento de construcción y desarrollo de sistemas de vuelo no tripulados del Estado Mayor de Rusia, Alexandr Nóvikov.
Neutralizar el ataque fue posible gracias a las capacidades técnicas de las bases militares rusas, explica.
Se sabe ahora que la ruta que debían seguir los drones se había programado de antemano y que uno de ellos estaba equipado con una cámara de vídeo que debía controlar y corregir los ataques contra las bases.
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Uno de los miembros de la organización Oficiales de Rusia, el coronel de reserva Andréi Golovatiuk, explica a Sputnik que los terroristas difícilmente podrían haber planeado una operación tan compleja como esa solos.
"Se aprecia claramente la 'mano' de algunos servicios especiales extranjeros o militares. Me surge la pregunta de si es una coincidencia que poco antes del ataque un avión de reconocimiento estadounidense estuviese dando vueltas por la zona (…) Esperemos que, a medida que la investigación vaya evolucionando, se descubra de dónde les vino la idea a los terroristas y quién los ayudó a implementarla", dice a Sputnik Andréi Golovatiuk.
Mientras tanto, El presidente de Rusia Vladímir Putin destacó que Rusia está convencida de que Turquía no estuvo detrás de los ataques de drones contra las instalaciones militares rusas en Siria.
Los militares rusos frustraron el ataque la noche del 5 al 6 de enero contra las bases de Hmeymim y de Tartus. Los 13 drones fueron neutralizados.
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