El experto consideró que la presencia de "agentes externos" no se puede negar y que "los servicios especiales de todo tipo siempre interferirán", afirmó Gúsev.
"No hay duda de que [Donald] Trump y el liderazgo israelí quieren una revolución en Irán", destacó, por su parte, Vladímir Sazhin, experto del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia.
Sin embargo, los manifestantes no tienen un líder carismático que pueda encabezar su movimiento. Así que es poco probable que los eventos conduzcan a la caída del Gobierno en Irán, consideró Sazhin. No obstante, "el impacto será significativo, tanto para la política interna, como para la externa", agregó.
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Los expertos no se apresuran en predecir cómo se desarrollará la situación y en qué terminará. "La situación es realmente complicada", concluyó Gúsev.
Una oleada de protestas callejeras se lleva a cabo en distintas ciudades iraníes desde el día 28 de diciembre. Los manifestantes reclaman mejoras económicas y protestan por la subida de los precios.
Las protestas, que comenzaron en Mashad y se fueron extendiendo a otras ciudades, entre ellas Teherán, Isfahán y Rasht, se saldaron hasta el momento con decenas de detenidos y entre 4 y 20 víctimas mortales, según diversos medios.
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