El economista explicó que podía pronosticar los cambios económicos basándose en su propia fórmula financiera. Fue Armstrong quién predijo la crisis financiera de 2007 ya en el año 1998, por eso fue uno de los analistas financieros más solicitados entre 1980 y 1990. El economista fue preseleccionado para el título de gerente de fondos de cobertura del año y trabajaba en el Deutsche Bank, gestionando las finanzas. Su talento llevó a que la CIA quisiera poseer su fórmula.
El economista comentó que a finales de los noventa los banqueros estadounidenses trataron de imponer su influencia económica sobre Rusia. Para ello, chantajeaban al entonces presidente Yeltsin actuando a través del multimillonario empresario ruso, Borís Berezovski.
Armstrong señaló que no estaba absolutamente seguro de la injerencia del Gobierno norteamericano. No obstante, el analista estaba convencido de que el Banco de Nueva York y las fundaciones financieras de EEUU habían participado en dicho negocio.
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Los chantajistas hicieron que Yeltsin obtuviera $7.000 millones del Fondo Monetario Internacional para la renovación del Kremlin y comenzaron a exigir que el presidente cediera el paso a Berezovski. Yeltsin se dio cuenta del plan y se dirigió al joven Vladímir Putin, lo que representó el comienzo de la época de Putin, destaca Armstrong.
El economista fue acusado de infracción de las normas y fraude, tras lo cual estuvo encarcelado desde 1999 hasta 2011. Mientras tanto, las autoridades seguían deseando obtener la fórmula financiera de Armstrong, pero el último se negó rotundamente a revelarla.
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"El gobierno defiende a los banqueros. Esto parecía ser una parte del acuerdo entre el negocio y la política. (…) Los banqueros poseían el oro, los diamantes y el petróleo. Y realmente estaban convencidos de que podrían apoderarse de Rusia", explicó Armstrong. Sin embargo, los norteamericanos no lograron acceder a las materias primas rusas, y el plan se les vino abajo, concluye el experto.