La existencia de Papá Noel puede ser explicada gracias a la teoría de la relatividad de Albert Einstein, dado que la alta velocidad a la que se mueve Santa le permite disminuir su tamaño y entrar en las casas de los más pequeños a través de la chimenea.
Para poder moverse a tal velocidad, durante las 31 horas en las que tiene desempeñar su trabajo —teniendo en cuenta los diferentes husos horarios—, Papá Noel necesita grandes cantidades de energía, lo que explica la tradición que existe en algunos países de dejar comida para el esperado visitante.
La teoría de la relatividad también justificaría por qué Santa Claus envejece tan lentamente, dado que vive desde hace cientos de años.
Otro hallazgo científico, conocido como el efecto Doppler, explicaría por qué no podemos escuchar a Santa Claus o a sus renos. Ello se debe a su velocidad y sus movimientos constantes, el sonido producido por Papá Noel y sus renos, en esas condiciones, se vuelve inaudible para los humanos.