La Corte Regional Suprema convalidó la resolución dictada en agosto por el Tribunal Regional de Viena, que denegó la entrega del magnate al considerar que el Tribunal de Barcelona no había justificado la orden de detención europea emitida contra Firtash por sospechas de lavado de dinero y asociación ilícita.
Sin embargo, el juez de Viena precisó que la decisión final sobre la extradición de Firtash a EEUU será tomada por el ministro de Justicia de Austria cuando se resuelva la situación con la detención del empresario por orden de España.
En noviembre de 2016 el juzgado de instrucción 21 de Barcelona pidió la extradición del magnate ucraniano.
Junto a Firtash, el juez también pidió que se trasladase a España a dos empresarios más dado que los tres están acusados de ser los jefes de una organización criminal que supuestamente blanqueó, a través de inmuebles y restaurantes, hasta 10 millones de euros procedentes de sociedades constituidas en Chipre y en las Islas Vírgenes.
El empresario, que controla la industria del titanio ucraniana, fue acusado de sobornar a políticos en la India para adjudicarse el desarrollo de un yacimiento de este metal.
El multimillonario alegó en su defensa que tras la detención había en realidad motivaciones políticas, para apartarlo de la escena política ucraniana por su proximidad con Rusia.