Lavrov destacó que todos los fusiles automáticos fueron regalados a las fuerzas afganas por Rusia. Washington insiste en que Kabul los saque de servicio y compre rifles y fusiles automáticos de producción estadounidense.
"Además, surge la pregunta: ¿dónde van a meter estos 50.000 fusiles?, surge otra cuestión: ¿cómo puede explicarse el deseo de socavar la capacidad del Ejército afgano de usar armas a las que está acostumbrado e imponer armas a las que aún tiene que acostumbrarse?", se preguntó Lavrov.
El ministro mencionó que Rusia ayuda de manera activa a abastecer las fuerzas afganas con armas seguras para que puedan luchar contra amenazas como el narcotráfico y el terrorismo con las que EEUU no ha podido capacitar.