Según indica el artículo publicado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, el cereal ruso estará destinado exclusivamente al consumo. Además, los molinos y los puertos autorizados inicialmente son de las regiones norte y nordeste del país. El objetivo es preservar áreas de producción interna del cereal, ubicadas en el sur del país y evitar desvíos de las cargas.
"El comercio bilateral es una vía de dos direcciones. Si queremos vender más a Rusia, debemos abrirle el mercado. Con una calidad y precio adecuados, ¿por qué no deberíamos comprar trigo ruso?", apuntó el viceministro de Agricultura, Eumar Novacki, citado por Reuters.
En el año 2016, el volumen de trigo importado por Brasil alcanzó los 7,09 millones de toneladas. Según los cálculos previos, esa cifra alcanzará en 2017 los 7,2 millones de toneladas. Rusia, por su parte, se ha convertido en el mayor proveedor de trigo en el mercado internacional. Desde el 2014, cuando Moscú impuso restricciones a la importación de productos de la UE, EEUU y otros países en respuesta a limitaciones similares, la producción de cereales en el país casi se ha duplicado.
