Según el autor, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió eliminar al equipo nacional ruso de los Juegos Olímpicos en Pyeongchang, la prensa estadounidense anunció una victoria. Así, la columnista de USA Today Christine comentó feliz que "los chicos malos perdieron. ¡Qué gran éxito!".
Además, las esquiadoras Lindsey Vonn y Mikaela Shiffrin salieron en la televisión hablando de la "pureza" de este deporte, como si precisamente por eso se conocieran los Juegos Olímpicos, señala Travis Waldron.
"Nuestra propia historia sobre el tema es sucia, y los estadounidenses ignoran una verdad básica sobre los Juegos Olímpicos: nosotros también hacemos trampa. Solo que nuestro engaño tiene un toque estadounidense: está privatizado y corporativizado", subraya el periodista.
EEUU, 'medalla de oro' entre los países que más se dopan https://t.co/kIy5rYtscN pic.twitter.com/0Ju4yFl1jp
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 9 августа 2017 г.
El autor asegura que lo puede confirmar Kara Goucher, excorredora olímpica que participó en los Juegos Olímpicos de Pekín y Londres. La deportista notó lo rápido que los estadounidenses difundieron las noticias sobre Rusia sin darle importancia a los problemas nacionales con el dopaje.
"Como se dice, vemos la paja en el ojo ajeno, pero no vemos la viga en el nuestro", observó Goercher. "Antes de apresurarnos a atacar a Rusia —y creo que está bien que se le prohíba la participación— tenemos que mirarnos a nosotros mismos y ver quiénes queremos ser", añadió.
Goucher y Magness acusaron al entrenador principal del proyecto Alberto Salazar de experimentar con sustancias dopantes como la testosterona y de prescribir medicamentos a los atletas que no necesitaban.
Sin embargo, Estados Unidos nunca ha sido condenado por organizar un programa estatal de dopaje, señala el periodista.
"Las trampas de Estados Unidos no son más que otra empresa capitalista: para conseguir dinero para financiar unos buenos entrenamientos, hay que ganar, y es mucho más fácil ganar con la droga", subraya el autor.
"En realidad, EEUU tiene una larga historia de dopaje en los Juegos Olímpicos y otros acontecimientos internacionales, y de hacer la vista gorda ante sus propios engaños. Eso es especialmente cierto en el atletismo, (…) debido a su capacidad de llevar a EEUU a la supremacía de medallas".
Según Waldron, "ahora aún no está claro si algún funcionario quiere atrapar a los tramposos o si la 'cruzada antidopaje' se basa únicamente en la hipocresía y la mentira" del COI para seguir haciendo creer que se preocupa más por la integridad que por sus resultados finales, los de diversas federaciones atléticas y comités olímpicos nacionales que se niegan a reconocer sus propios problemas, y de los medios de comunicación que no suelen reconocer estas realidades.
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