"Hace unos días, la iniciativa de Rusia fue evaluada positivamente en Italia, la calificaron como un formato de diálogo sin precedentes, entonces, ¿por qué no aplicarlo a Libia, tomando en consideración que ya establecimos contactos con todas las partes del conflicto? Vamos a utilizarlo", dijo Dengov al diario Izvestia.
La iniciativa busca impulsar un proceso político inclusivo en Siria y contribuir a la reconciliación y el inicio de reformas políticas en el país en el marco de la legislación actual.
Libia vive una profunda crisis desde 2011, año en que el derrocamiento y asesinato del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, creara un vacío institucional que abonó el terreno para la escalada de violencia, la proliferación de grupos yihadistas y una dualidad de poderes.
Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU y presidido por Fayez al Sarraj, aunque este Ejecutivo no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes (Parlamento) con sede en Tobruk, en el este.
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Las autoridades de la parte oriental del país actúan de forma independiente y cooperan con el Ejército Nacional de Libia al mando de Jalifa Haftar, que libra una larga guerra contra los islamistas.