Diego Armando Maradona
El argentino también conocido como ‘Pelusa', considerado el mejor futbolista de todos los tiempos por muchos, tuvo un historial oscuro con el tema drogas. Su primer escándalo público con estupefacientes ocurrió en 1991, cuando un exámen dio positivo de cocaína.
Este resultado le costó una sanción que lo alejó de las canchas durante tres meses. Un episodio similar volvió a ocurrir cuando, durante el Mundial de fútbol de 1994, el jugador salió de la mano con una enfermera para realizarle el test, que otra vez dio positivo. Maradona no pudo jugar al fútbol durante 15 meses; y su selección, golpeada, quedó fuera del torneo.
"Tenía 24 años cuando consumí droga por primera vez, en Barcelona. Fue el error más grande de mi vida", admitió el ex futbolista en una ocasión.
Mike Tyson
Fue durante mucho tiempo el campeón indiscutido del mundo de peso pesado de boxeo, su pegada era feroz. Sin embargo debajo del ring los golpes los recibía él. En su biografía, el campeón confiesa haber tenido un "apetito feroz" por la bebida y las drogas. Admite que la primera vez que probó cocaína fue a los 11 años.
Además confesó que durante gran parte de su carrera deportiva fue adicto al ‘polvo de ángel' y la marihuana. A punto tal que consumía instantes antes de ingresar al cuadrilátero. "Tomé drogas hasta poco antes de la pelea", dijo en referencia a su derrota contra el británico Danny Williams, en 2004. "Yo era un cocainómano en toda regla", confesó.
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Lance Armstrong
La historia de este atleta es considerada una de las caídas más grandes del deporte. La del ciclista tejano fue una vida a la que millones de personas alrededor del mundo siguieron como un modelo. Por eso cuando se reveló el fraude, el ídolo cayó fuerte.
Durante su carrera como ciclista, un cáncer de testículo en estadio tres con metástasis en el cerebro y los pulmones amenazó con quitarle todos sus logros. Sin embargo, tras dos años de lucha el héroe volvió a las pistas y consiguió el éxito que nadie jamás había cosechado: ganó el Tour de Francia siete veces consecutivas (1999 a 2005).
Sin embargo, todo cayó estrepitosamente cuando la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) dio a conocer más de 1.000 páginas de evidencia sobre acusaciones de dopaje contra Armstrong. La agencia llamaría a su caso el "programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte haya visto". Tras el escándalo, fue despojado de todos sus títulos y el ídolo cayó.
Ben Johnson
Al sonar el disparo, Johnson, con un inicio perfecto, dejó atrás al resto de los competidores. En los 9,79 segundos que duró la competencia jamás peligró su puesto. Ese día batió el récord mundial y dejó atónito al mundo entero.
Pero tan solo 24 horas después el COI se encargó de decir que en el exámen de dopaje del atleta se habían descubierto residuos de un esteroide prohibido. El velocista debió devolver el oro y su figura quedaría para siempre manchada. Al regresar a su país adoptivo, los canadienses jamás le perdonaron su falta.
Marion Jones
Esta atleta estadounidense pasó de ser amada a ser considerada una de las farsas más grandes de la historia del deporte. También conocida en sus tiempos como la mujer más rápida del mundo, en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, ganó tres oros y dos bronces. Fue la primera mujer en obtener cinco medallas en una sola instancia olímpica.
Sin embargo Víctor Conte, dueño de los laboratorios Balco, denunció que Jones se inyectaba productos prohibidos que él mismo suministraba. La atleta negó una y otra vez las acusaciones. Los esteroides que se inyectaba no eran detectados por los exámenes antidopaje. De no haber sido por procesos judiciales que la obligaron a confesar, jamás se hubiera descubierto su fraude. Sus confesiones la dejaron sin medallas ni dinero, y hasta terminó cumpliendo una condena de seis meses por mentir sobre el uso de sustancias prohibidas y fraude bancario.