Pero los planes anunciados por Tillerson ya hace tiempo suponen reformas más drásticas: disminuir la plantilla del Departamento en unas 2.000 personas, y su presupuesto, en un 31%.
"Aunque se espera alcanzar la meta [despedir a 2.000 empleados] para octubre de 2018, ya el Departamento de Estado carece de alto mando: solo 10 de las 44 posiciones superiores están ocupadas (…) El aparato central perderá la mitad de los puestos, de 39 a 19. Y nadie sabe qué pasará allí", escribe Dmitri Kosyrev, columnista de Sputnik en temas de política.
Peor aún, el jefe de la diplomacia norteamericana no se abstiene de despedir a las mujeres y a los empleados afroamericanos, unas acciones arriesgadas para cualquier gerente en EEUU, nota el autor.
Por otro lado, un artículo de opinión publicado en Foreign Policy ofreció una interpretación alternativa a los medios prodemócratas. El autor Stephen Walt escribe que ya era hora de reformar el Departamento por sus incesantes fracasos en el escenario global y la crónica falta de entendimiento de la situación política en el terreno.
Tillerson asistirá a una reunión en el CS de la ONU sobre Corea del Norte https://t.co/r6CO5HXXxs
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 29 ноября 2017 г.
En vez de hacer diplomacia, la entidad creaba puestos de 'coordinadores de la lucha antiterrorista' o 'de los derechos humanos y de apoyo a la democracia', que ahora permanecen vacantes, nota el autor.
"La tarea de la diplomacia, en esencia, es hablar. Declarar o explicar algo. Eso fue exactamente lo que hacía el Departamento de Estado. Y este fue su mayor problema", opina el columnista de Sputnik.
El mundo ya está cansado de tal comportamiento, y va rechazando el excesivo 'moralismo' de EEUU sobre cualquier asunto mundial.
"Es difícil predecir qué será de la política exterior de EEUU en el futuro. Pero las palabras sobre una reforma, sobre todo una reforma de la plantilla, son significativas. Es más, ya vemos acciones concretas", concluye el autor.