Las características clave del ratel son su increíble fuerza y vitalidad. El ratel puede neutralizar hasta el veneno de la cobra. Estos pequeños mamíferos atacan a los animales, que a primera vista no deberían atacar, dada la diferencia en categorías de peso: a leones, tigres, pitones e incluso caimanes. Naturalmente, no consiguen matar a sus adversarios, pero sí obligarlos a alejarse de su territorio. Finalmente, el ratel tiene una memoria maravillosa: recuerdan por un largo tiempo a la gente y los animales que le han ofendido.
Como argumenta Korostikov, la doctrina del ratel debería convencer a los rivales de Moscú de que los beneficios de infringir sus intereses serán mucho menores que el daño potencial.
"Es completamente inútil tratar de influir en la política interior de Rusia. La única salida es reconocer una serie de intereses de Moscú y negociar con ella. Finalmente, el Kremlin está obteniendo realmente lo que quería: reconocimiento como un enemigo muy peligroso", escribe el analista ruso, sin mencionar a Crimea en su artículo ni una sola vez.
"La doctrina del ratel es capaz de hacer que los socios de Rusia la respeten. Pero realmente traerá prosperidad al país solo si se convierte en parte de una estrategia más amplia", concluye Korostikov.