"En cuanto a la aviación, creo que se quedarán los cazas Su-30SM y Su-35S, los aviones de ataque Su-25SM, los bombarderos Su-34, los bombarderos de largo alcance Tu-22M3, los bombarderos estratégicos Tu-160 y Tu-95MS, así como los drones Orlán-10 y Forpost", dijo Bóndarev a Sputnik.
El legislador sostuvo que, tras la derrota definitiva de los terroristas en Siria, la tarea primordial de los expertos militares es determinar la cantidad de armas que hará falta para "garantizar la seguridad estratégica a largo plazo" durante el periodo de la posguerra.
Igualmente, el senador Víctor Bóndarev sostuvo que Rusia mantendrá en Siria sus avanzados sistemas antiaéreos S-400 después del repliegue de sus aviones.
"Se quedará una cantidad necesaria de los S-400 Triumf", dijo el legislador ruso a Sputnik.
Bóndarev que preside también el comité de Defensa y Seguridad del Senado, indicó que "este sistema es la piedra angular de la defensa antiaérea" en la base de Hmeymim y el puerto de Tartus.
El sistema antiaéreo S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
El jefe del Estado Mayor General del Ejército ruso, Valeri Guerásimov, anunció la semana pasada que la reducción de los aviones de combate en Siria podría comenzar en diciembre de este año.
Asimismo, Bóndarev afirmó que Rusia enviará a Siria sus tropas de ingeniería después de que sea firmado el acuerdo sobre el desminado.
"Rusia y Siria tienen la intención de firmar un acuerdo de cooperación para desminar el territorio de Siria; después de formalizar esta cooperación, nuestras tropas de ingeniería serán enviadas a Siria", dijo.
Además, Bóndarev comunicó que en las operaciones de desminado podrían participar los zapadores de la ONU.
"El número de campos minados en el país es enorme, por eso es posible que no solo los zapadores rusos participen en las operaciones de desminado en Siria, sino las organizaciones internacionales, incluido el Servicio de Lucha Antiminas de las Naciones Unidas", añadió el senador.
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Las hostilidades, según datos de altos cargos de la ONU, han dejado hasta la fecha unos 400.000 muertos.
Moscú lanzó en septiembre de 2015 una ofensiva aérea en Siria a solicitud del Gobierno de este país para detener el avance de los grupos yihadistas.
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Medio año después Rusia retiró el grueso de sus fuerzas al dar por cumplida su misión, aunque mantuvo su presencia militar en la base Hmeymim y en el puerto de Tartus.
Otro repliegue del contingente ruso se llevó a cabo en enero de 2017.
