Los trabajos de construcción de la base se iniciarán en 2018. Según declaró a Izvestia una fuente del Estado Mayor de la Armada de Rusia, las unidades de técnicos e ingenieros ya trabajan actualmente en el lugar para realizar los cálculos preliminares.
Los sistemas Bastion están dotados de los misiles antibuques supersónicos Onix, que tienen un alcance máximo de 600 kilómetros. En caso de ser desplegados en la isla de Matua, estos complejos serían capaces de alcanzar cualquier objetivo en la zona del archipiélago.
En cuanto a los sistemas Bal, que tienen un alcance de 120 kilómetros, van a garantizar la seguridad de las bases de la Armada en caso de un intento de realizar un desembarco naval en Matua o Paramushir.
Según explicó a Izvestia el analista militar Alexandr Mozgovoi, las nuevas bases privarán a los portaviones estadounidenses del acceso al mar de Ojotsk y a las costas de Primorie.
"Fueron los japoneses los primeros en entender la importancia estratégica de Paramushir y Matua. Así, durante la Segunda Guerra Mundial, ya tenían bases y aeródromos militares ubicados en dichas ínsulas", recordó. Y destacó que la instalación de los sistemas de misiles rusos "parece lógica si tenemos en cuenta la situación internacional actual".
Mozgovoi subrayó que las duras condiciones meteorológicas dificultan el transporte de cargas y armamento para los sistemas. Según explicó el analista, tiene sentido apostar por las fuerzas costeras, puesto que resultaría más caro y difícil construir bases militares de gran escala en islas tan aisladas como Paramushir y Matua.
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"Paramushir tiene infraestructuras más desarrolladas y cuenta con un puerto para los buques de pesca. Por su parte, Matua es una isla bastante pequeña, y sería más fácil protegerla con sistemas móviles de misiles antibuques y antiaéreos", apuntó.
En cuanto a los sistemas de largo alcance Bastion, que entraron en servicio en 2010, tienen por objeto proteger el borde exterior de la línea costera. Los misiles supersónicos instalados en el Bastion son prácticamente invencibles para los sistemas de defensa antimisiles y están destinados a destruir las grandes naves militares del adversario.