Estos bupréstidos tienen un color esmeralda y se alimentan principalmente de fresnos, un tipo de árbol que han devorado en cantidades alarmantes.
Hasta principios del siglo XXI, el insecto vivía solamente en Asia oriental y no se consideraba una amenaza para la flora porque estaba poco extendido. No obstante, su invasión de América del Norte y la parte europea de Rusia ha hecho que sea considerado una de las plagas forestales más peligrosas del mundo.
La propagación de especies invasoras es actualmente uno de los más graves problemas ambientales y económicos para los países afectados. En la última década, estas plagas se han propagado por territorios que no les son propios gracias a aviones, barcos y vehículos que intervienen en el comercio internacional. Una vez adaptados a una nueva región, estos invasores no tienen enemigos naturales y proliferan sin control.
Lo importante, en estos casos, es saber exactamente de dónde proviene la amenaza para saber qué parásitos o depredadores son capaces de convertirse en agentes de control biológico. Un artículo sobre este tema fue publicado en la revista Biological Invasions.