Interrogado acerca de si creía que Washington estaba agotando las herramientas de política diplomática para lidiar con Pyongyang, Tillerson contestó: "No, no lo creo".
Las medidas obedecen a la continuación por parte de Corea del Norte de sus programas de desarrollo de misiles y de armamento nuclear, pese a repetidas resoluciones de las Naciones Unidas reclamando que cese esas políticas.
"Como consecuencia las acciones que han realizado, incluyendo los asesinatos fuera de su país, el uso de armas químicas prohibidas, estas son todas acciones muy, muy graves de su parte (…) de modo que una cantidad de actos que han acometido resultaron en la designación de estado promotor del terrorismo", dijo Tillerson.
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"El efecto práctico es que, puesto que ya tenemos muchas de estas medidas adoptadas a través de las sanciones existentes" contra Pyongyang, la declaración de estado auspiciante del terrorismo "puede obstaculizar y disuadir a algunos terceros países de llevar adelante ciertas actividades con Corea del Norte", dijo el secretario de Estado.
Un nuevo paquete de sanciones contra Corea del Norte será más amplio y afectará a más personas físicas y jurídicas, dijo el secretario de Estado.
"Son similares a las sanciones que tomamos en el pasado; solo que vamos a abarcar de manera más amplia a una mayor cantidad de entidades", dijo Tillerson a la prensa.