En el enfrentamiento, que estalló hacia las 20.00 (15.30 GMT) y se prolongó por una hora, fueron abatidos 40 insurgentes y heridos otros 35.
Del 1 de enero al 8 de mayo de 2017, el Ejército Nacional de Afganistán y otros cuerpos de seguridad sufrieron más de 2.530 bajas mortales, a los que se suman más de 4.200 heridos, según la información del Inspector Especial General de EEUU para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR).
Es el último dato disponible porque EEUU clasificó a petición del Gobierno afgano la información sobre las bajas de las fuerzas de seguridad locales.