"La UGT de Cataluña no quiere llevar un conflicto político en el ámbito de la empresa, pero respetará cualquier decisión de común acuerdo que sus miembros puedan decidir con relación a adherirse a cualquier forma de protesta", manifestó el sindicato a través de un comunicado.
Por su parte, Unai Sordo, secretario general de CC.OO, ya avanzó en la tarde del 6 de noviembre que su organización no participará en la huelga general.
Del mismo modo, la Mesa por la Democracia, plataforma convocante del "paro de país" del pasado 3 de octubre contra la violencia policial en el referéndum catalán, no apoya la convocatoria.
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La principal patronal catalana, Cecot, que se integra en la Mesa por la Democracia, considera que pese a la "gravedad" de la situación política en Cataluña "no es conveniente trasladar la conflictividad al seno de las empresas y generar un impacto económico que perjudique tanto las empresas, como los trabajadores catalanes"
Según explicó el sindicato en un comunicado, la huelga se convoca "en respuesta a la precariedad instaurada en el mundo laboral a través de las sucesivas reformas laborales llevadas a cabo en los últimos años".
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Marc Sallas, portavoz de la Intersindical-CSC, explicó este 7 de noviembre en una entrevista con la radio pública catalana que, pese a no contar con el apoyo de los sindicatos mayoritarios, la huelga será secundada por algunas sectoriales de los mismos y por otros minoritarios.
Por tanto, pese a que no todas las organizaciones civiles y sociales secundan la huelga general, varios de los principales actores del independentismo de base y del sindicalismo llevarán a cabo diversas acciones durante la jornada del miércoles, que será el primer día de grandes movilizaciones contra el encarcelamiento de políticos independentistas.