"El Consejo de Seguridad expresa su grave preocupación sobre los reportes de violaciones a los derechos humanos y abusos en el estado de Rakáin (oeste), incluidas las cometidas por las fuerzas de seguridad de Birmania, en particular contra personas que pertenecen a la comunidad rohinyá", sostuvo el órgano en un comunicado.
Miembros del Consejo expresaron también su alarma por el "significativo y rápido deterioro de la situación humanitaria" en ese estado, lo que potencialmente puede desestabilizar la situación en la región.
Además, el Consejo condenó los ataques contra las fuerzas de seguridad de Birmania realizados el pasado 25 de agosto en el estado de Rakáin por el Ejército de Salvación Rakáin Rohinyá y expresó su preocupación por las violaciones a los derechos humanos perpetradas por este grupo insurgente.
El máximo órgano de seguridad de la ONU destacó la responsabilidad del Gobierno de proteger a la población y asegurar el respeto a los derechos humanos y solicitó que las agencias humanitarias del foro mundial tengan libre acceso a la región para proveer de ayuda a las víctimas del conflicto.
El embajador adjunto del Reino Unido en la ONU, Jonathan Allen, dijo que la declaración de la presidencia del Consejo de Seguridad es la primera sobre Birmania en los últimos 10 años.
En un primer momento, Reino Unido y Francia sugirieron que el Consejo de Seguridad adoptara una resolución sobre Birmania, pero luego de realizar algunas consultas con otros miembros del cuerpo se decidió a favor de un pronunciamiento presidencial.
El Consejo de Seguridad la ONU se involucró en este asunto y celebró consultas y varias sesiones sobre Birmania desde que estalló la violencia contra la minoría rohinyá, a la que el Estado birmano considera apátrida.
Le puede interesar: Casi 600.000 rohinyás huyeron de Birmania desde agosto
A fines de agosto, el Ejército de Salvación Rakáin Rohinyá atacó puestos de control en Rakáin, dando pie a una represión estatal que ha causado ya la huida hacia Bangladés de más de 600.000 miembros de esa etnia musulmana.
Activistas y organismos de derechos humanos acusan al Gobierno birmano de estar ejecutando una limpieza étnica.