Los arqueólogos de la Universidad Estatal de Altái se interesaron inicialmente por este promontorio no por razones científicas, sino económicas: por aquí pasará un gasoducto de Rusia a China, por eso, de acuerdo con las leyes rusas, el terreno debía ser explorado en búsqueda de antigüedades.
Y en efecto, este año fueron descubiertos huesos de 8.000 años de antigüedad. Pertenecían a personas que fueron enterrados de espalda, rodeados con ofrendas funerales: herramientas de piedra, objetos de hueso y muchas joyas hechas de piedras y huesos (en su mayoría dientes perforados de animales).
Entre los artefactos, probablemente sacrificiales, se encontró una pieza de escultura de piedra en forma de pez.
Otro de los hallazgos más interesante fue la tumba de un hombre que tiene cerca de su mano una vara de hueso, hecha de una costilla de alce. El objeto está decorado con una cabeza tallada de un alce. Según Grushin, durante el neolítico el alce era un objeto de caza. El entierro fue rodeado con una empalizada.
El promontorio a orillas del Chumish fue utilizado por diferentes generaciones, que solían escoger este lugar pintoresco para sus entierros. Así, en el mismo pozo arqueológico fueron descubiertos tanto restos de habitantes del neolítico, como de la Edad del Bronce Medio y la Edad de Hierro.
Река Чумыш. Западная Сибирь. pic.twitter.com/eQiG13jF24
— Надежда Садовская (@nssadovskaya) 6 сентября 2016 г.
El entierro más reciente fecha del siglo VI d.C y está asociado con una comunidad nómada. Una docena de tumbas de niños y mujeres se agrupan en torno a un guerrero con un caballo, arco, carcaj con flechas y un cuchillo de hierro.
Cerca de él yace una mujer, apodada por la prensa local como la 'princesa de Chumish'.
Se ha conservado hasta hoy en día su cintilla de cuero decorada con pendientes y placas de bronce para adornar la cabeza, así como el propio pelo de la mujer en trenzas y elementos de ropa de cuero y fieltro.