"Según nuestras estimaciones, es muy alto el riesgo de que los crímenes químicos se extiendan fuera de las fronteras de Siria e Irak y que se produzcan incluso fuera de Oriente Próximo —en Afganistán, Rusia o Europa occidental—", dijo a la prensa.
Dos días antes, Rusia vetó la resolución del Consejo de Seguridad sobre la prórroga del mandato del JIM, que expira a mediados de noviembre.
Según Uliánov, este 2 de noviembre Rusia presentará en la ONU un borrador de resolución sobre prolongación del mandato del grupo de investigación ONU-OPAQ.
La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en Jan Sheijun, provincia de Idlib, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud, que culpó a Damasco por la tragedia, pero las autoridades sirias refutaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la OPAQ.
Lea también: Destruyen en Siria las últimas dos instalaciones de armas químicas
El 7 de abril EEUU atacó con misiles de crucero la base aérea siria de Shairat, provincia de Homs, desde la cual supuestamente se llevó a cabo el ataque químico, sin esperar la investigación ni presentar pruebas irrefutables.
El presidente sirio, Bashar Asad, negó que se hubiese producido un ataque químico y calificó el caso de provocación para justificar el bombardeo de EEUU a una base aérea crucial en la lucha contra el terrorismo.
Por su parte, Rusia supuso que la tragedia de Jan Sheijun fue un montaje o resultado de un bombardeo de la aviación siria a arsenales donde los terroristas guardaban armas químicas.