"El hambre se podría combatir con todo lo que se gasta en arma nucleares. Hay pueblos enteros en Estados Unidos dedicados a fabricar cabezas de misiles. Se trata de un lobby terrible y siempre los fabricantes de armas los que se oponen a esto, pero habría que informar la hambruna que produce en todo el mundo está fabricación", afirmó Perel, con quien conversamos a raíz del Foro Social Mundial Antinuclear 2017 en París.
José Luis García, de Greenpeace España, coincidió con la activista argentina. Para García, las armas nucleares "no tienen ningún sentido, porque sino se van a usar nunca, nos podríamos haber ahorrado esas ingentes cantidades de dinero, y si se van a utilizar, peor todavía porque el desastre no se podrá paliar con ningún recurso económico".