La operación resultó ser tan complicada por una gran cantidad de árboles y túneles trazados por los terroristas. Además, los yihadistas se movían fácilmente por el agua del Éufrates. Tenían la capacidad de moverse sin problemas tanto hacia la ciudad como hacia las aldeas circundantes.
Antes del asalto, la aviación y la artillería dispararon contra las posiciones de los yihadistas, luego ingresó la infantería y los vehículos blindados desde el este. Docenas de bombas en vehículos fueron desactivadas y las barricadas han sido desmontadas. Los zapadores desminaron la mayor parte del pueblo en la isla de Al Saker. Los militares creen que precisamente allí estaba uno de los grupos terroristas más importantes.
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El Ejército sirio expulsó a los terroristas de otras tres localidades situadas en el noreste de la provincia de Hama, según las informaciones aparecidas el 29 de octubre.