Durante el ensayo, la cosechadora alcanzó la velocidad máxima de 11 km/h y giró varias veces utilizando una cámara y varios sensores.
A diferencia de las cosechadoras robotizadas extranjeras, las máquinas rusas no emplean GPS, lo que permite utilizarlas en las zonas más remotas. Las cosechadoras no tripuladas se encuentran con diferentes problemas en comparación con los vehículos no tripulados que están destinados a manejarse entre otros autos. Así, por ejemplo, para las cosechadoras de este tipo es más importante conseguir el camino directo en el campo que reconocer los indicadores del tráfico.
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Pese a que el prototipo de la cosechadora tiene que ser vigilado por un operador, la empresa rusa tiene previsto crear una versión totalmente autónoma para el año 2024.