Los militares buscaban comprobar la precisión de los disparos del sistema de lanzamisiles múltiple, que estaba ubicado en el helipuerto del buque Anchorage.
Un misil guiado con una ojiva de racimo, cuyo costo se estima en unos 100.000 dólares por unidad, alcanzó su objetivo situado en un radio de aproximadamente 70 kilómetros.
Esta prueba demostró que el Himars colocado a bordo de un buque puede utilizarse con éxito durante operaciones anfibias para suprimir puntos de fuego enemigos o para despejar las costas antes de desembarcar las propias lanzaderas, destacó la revista Popular Mechanics.
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