En la celebración participaron cientos de cubanos de distintas generaciones. Si bien la mayoría de los estudiantes eran niños y jóvenes que mostraban su fuerza y agilidad en las prácticas de combate tradicionales, también son muchos los adultos que practican el arte del Qigong con fines terapéuticos.
"Realmente han sido 22 años de transformaciones, de perseverancia y constancia. Queremos cumplir una misión y poder llevar la cultura china no solo a los chinos que viven aquí y sus descendientes, sino a todos los cubanos", compartió con la agencia Xinhua el director y fundador de la escuela, Roberto Vargas Lee.
Enclavada en el Barrio Chino de La Habana, la Escuela Cubana de Wushu fue fundada en 1995 con el objetivo de rescatar la cultura y tradiciones chinas. Hoy en día, la escuela cuenta con cerca de 15.000 estudiantes alrededor de toda Cuba, 2.500 de los cuales viven en la capital.
La emigración china hacia Cuba comenzó a mediados del siglo XIX, cuando muchos trabajadores de origen cantonés fueron trasladados como mano de obra barata. Actualmente, los cubanos de descendencia china constituyen el tercer componente étnico de la nación, después de los españoles y los africanos.