Como resultado de las sanciones impuestas contra Pyongyang, Corea del Norte no ha tenido otra opción, sino ir al mercado negro para poder vender sus armas.
Las medidas económicas impuestas contra Pyongyang no han influido sobre la determinación del país juche de seguir con su presencia en este mercado.
Economía clandestina
Los armamentos, junto al carbón y los mariscos, son una de las fuentes principales de dinero para el presupuesto nacional de Corea del Norte. Si bien Pyongyang no tiene permiso para exportar sus armas a otros países, existen vías ilegales de hacerlo y el país asiático se aprovecha de ellas.
El columnista señala que las armas de producción norcoreana cuentan con una demanda enorme en los países del llamado 'tercer mundo', en particular, en los que también se encuentran sancionados y no tienen posibilidad de comprar armas de otros suministradores.
Stanavov sostiene que Estados Unidos de hecho ayuda a Pyongyang a ampliar la lista de sus clientes, cuando convierte a otro país en 'paria'. Según el autor de la nota, lo mismo le pasa a Pyongyang: el país se encuentra en una situación crítica tras privarlo de sus fuentes legales de ingresos.
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Aunque los expertos consideran que en un año Corea del Norte exporta armas por un valor de más de 100 millones de dólares, nadie conoce la magnitud real de estas ventas. Todos los acuerdos se firman en secreto entre Corea del Norte y una parte interesada.
Clones de los clones
"Corea del Norte vende casi todo lo que fabrica: de fusiles automáticos a lanzacohetes múltiples. La mayor parte de los armas largas son clones de los fusiles Kalashnikov soviéticos, o son clones de los clones chinos, que por su parte fueron copiados de las armas de la URSS", apuntó el vicedirector del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Rusia, Konstantín Makienko, citado por Stanavov.
"Pyongyang produce una amplia gama de armas de infantería, entre ellos lanzacohetes múltiples, artillería pesada, sistemas de misiles antitanque, fusiles de asalto, lanzagranadas y municiones para todas las armas que acabo de mencionar", agregó.
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Asimismo, el columnista enfatiza que los especialistas norcoreanos lograron hacer una copia del sistema de misil balístico táctico R-17 Elbrús —Scud-B, según la designación de la OTAN— ya en los años 1980. Pyongyang compró los prototipos de Egipto, elaboró uno propio y lo puso en venta. Según Stanavov, se dieron casos en los que el país juche vendió líneas enteras de ensamble para este tipo de misiles.
Las copias norcoreanos de los Scud fueron comprados por países como Irán, Siria y Yemen. El alcance de las primeras versiones no superaba los 300 kilómetros, pero luego los expertos en armas del país juche modernizaron sus copias para aumentar su alcance hasta 600 kilómetros.
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Como consecuencia de las numerosas modernizaciones de su copia del misil soviético Scud, los norcoreanos crearon su propio misil, Rodong, capaz de transportar una ojiva a una distancia de hasta 1.300 kilómetros. Estas armas pueden ser equipadas con una ojiva convencional, nuclear o química.
Luego, Irán creó su propia copia del Rodong y la llamó Shahab-3, apunta el periodista. Gracias a la ayuda norcoreana, Teherán ahora es capaz de producir este tipo de misiles, por lo que dejó de adquirir los cohetes de Corea del Norte. Sin embargo, los países siguen cooperando a nivel tecnológico.
Según indica Stanavov, los mayores productores de los sistemas de misiles no pueden vender, de acuerdo con los tratados internacionales, armas cuyo alcance supere los 300 kilómetros. Pyongyang, por su parte, está libre de estas responsabilidades de ahí que se ha hecho con el monopolio en este campo.
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Stanavov explica que el territorio norcoreano goza de una cantidad grande de yacimientos de carbón y de otros minerales, que son necesarios para producir aparatos electrónicos.
Esta también es la razón por la que Pyongyang puede seguir desarrollando su programa nuclear: el país juche cuenta con sus propios yacimientos de uranio, en cantidades que podrían despertar la envidia de muchos países.
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La geografía de las ventas
Los compradores tradicionales de las armas norcoreanas son Irán, Siria, Cuba, Libia, Yemen, Egipto y Uganda. Asimismo, estas armas han sido vendidas a grupos armados como Hamás y Hizbulá, indica Stanavov.
El autor de la nota señala que las armas son transportadas mayormente por vía marítima. El uso de aviación no es adecuado para este tipo de suministros porque a menudo requiere recargar combustible en el territorio de un tercer país. Para Pyongyang no es una opción porque las autoridades de un país extranjero pueden detener la aeronave.
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