"Según las estimaciones actualizadas de la FAO 815 millones de personas padecían hambre en 2016, lo que supera en 38 millones las cifras del 2015", dijo Da Silva.
Da Silva indicó que "el número de los hambrientos volvió a crecer después del progreso logrado en las últimas décadas".
"Se relaciona con el brusco aumento de conflictos armados y catástrofes naturales provocadas por el cambio climático", agregó al afirmar que en la última década los conflictos "se hicieron más difíciles e insolubles".
"Un 60% de todos los desnutridos residen en los países afectados por los conflictos, de hecho los conflictos pusieron al noreste de Nigeria, Somalía, Sudan del Sur y Yemen al borde de la hambruna y provocaron el déficit de alimentos en Burundi, Irak y otros países", indicó.
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Da Silva mencionó que en estos momentos hay en el mundo cerca de 64 millones de personas que se vieron obligadas a escapar de conflictos y persecuciones. Se trata del mayor índice desde la Segunda Guerra Mundial.
"Debemos crear las condiciones de vida que sean resistentes a las perturbaciones y situación de estrés diversas como catástrofes naturales, conflictos y recesiones económicas", dijo.
Asimismo, resaltó la importancia de una colaboración más estrecha entre las organizaciones que actúan en el ámbito humanitario y las entidades financieras.