La empresa productora Boeing decidió por fin redirigir el dinero del caza furtivo F-35 y concentrarse más en la flota más barata de los Super Hornet, dice el artículo del columnista Sebastien Roblin publicado en el medio The National Interest.
Asimismo, la Armada estadounidense anunció que planea comprarse 80 cazas Super Hornet a lo largo de los próximos cinco años por un monto de 7.100 millones de dólares.
Sin embargo, sería incorrecto pensar que el Super Hornet es capaz de reemplazar a los F-35, indica el columnista. De acuerdo con Roblin, la adaptación de estas aeronaves al estándar Block III está encaminada a hacer equipo con los F-35 Lightning, que son más furtivos.
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El autor del texto señala que las características de los F-35 han sido objeto de críticas. Además, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha subrayado en varias ocasiones la necesidad de reemplazarlo por la flota de los aviones Super Hornet modernizados.
No obstante, estas aeronaves de cuarta generación también tienen sus desventajas. Por ejemplo, siguen siendo vulnerables para los sistemas de defensa aérea avanzados en comparación con su par, el F-35.
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Los F-35 tienen casi las mismas capacidades que los cazas de la serie Super Hornet, además de ser difíciles de detectar y destruir. Los Lightning usan combustible interno para viajar a una distancia igual de larga que los Super Hornet, los cuales solo pueden cubrirla usando tanques externos.
Al mismo tiempo, los F-35 cuestan mucho más y tienen numerosos problemas. Por ahora, el Ejército de EEUU ha decidido que el uso de una fuerza mixta de los F-35 y F-18 cumpliría mejor con las necesidades militares de EEUU.
Según concluye Roblin, estos dos tipos de aeronaves podrían lograr sinergias bastantes positivas para hacer frente a los enemigos.