En vísperas de estos lanzamientos, las naves y los submarinos de la Flota del Mar Negro dispararon los proyectiles antibuque Moskit (Mosquito, en ruso), gracias a los cuales fueron capaces de aniquilar a una escuadra enemiga.
Utios realizó su primera prueba de disparos en 1957 con el uso de proyectiles guiados S-2. En 1986, el sistema realizó un número récord de lanzamientos (14). Tras la disolución de la URSS, quedó en manos de Ucrania, país que no lo usó. Tras la reincorporación de Crimea a Rusia en 2014, Moscú decidió reparar Utios y el arma entró en servicio otra vez en noviembre de 2016.
El sistema puede destruir blancos a una distancia de aproximadamente 300 kilómetros y tiene la capacidad de atacar blancos marítimos junto con los sistemas más modernos Bastion y Bal, también en servicio de la defensa costera de la Flota del Mar Negro.
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