Según estas fuentes, los judíos sí tendrán acceso al lugar, que también es una sinagoga.
Durante ese tiempo tampoco se podrán realizar las llamadas a rezar efectuadas por el muecín desde el alminar.
En Hebrón, judíos y musulmanes veneran la tumba de Abraham, enterrado junto a su esposa Sara y otros profetas en lo que se conoce como la Tumba de los patriarcas.
El lugar es hoy una mezquita y una sinagoga donde coexisten con mucha dificultad los fieles de ambas religiones.
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La presencia de este lugar santo en Hebrón ha hecho que en los últimos años entre 600 y 800 colonos se instalaran en torno a la tumba de Abraham.
Los colonos están protegidos por centenares de soldados israelíes y los 30.000 palestinos que residen en esta zona viven bajo intensos controles israelíes, sufren una grave libertad de movimiento y en algunos casos están casi atrincherados en sus casas.
Las restricciones de movimiento de los palestinos se incrementan en toda Cisjordania, Gaza y Jerusalén-Este durante las fiestas judías, donde por razones de seguridad Israel decide el cierre de numerosos puntos de control y algunos lugares de culto.