Una sucesión de errores por acción u omisión, vuelven a colocar a Europa en el mapa de una región envuelta en el conflicto social y económico.
En España, primero por la omisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de encontrar una salida política negociada a las reivindicaciones catalanas que sumen al país en la exacerbación de ánimos, que si bien no estaban a flor de piel, tampoco habían sido exiliados al olvido: un franquismo sin resolver, arguyen muchos.
Luego, por la acción represiva del Gobierno, innecesaria, contra el pueblo catalán el día del referéndum. Muchos analistas se preguntan: si la consulta no iba a ser reconocida, no tendría validez jurídica, ¿cuál era la necesidad de ordenar una represión violenta que dejó más de 800 heridos, algunos de gravedad?
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Lo que logró esta represión, más bien, es que hasta los catalanes contrarios a la independencia, se posicionaran en contra del Gobierno de Rajoy. Así lo entiende el economista argentino Luis Palma Cané, quien estuvo viviendo de primera mano durante varios días estos acontecimientos en Barcelona.
Este mismo jueves, el president de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, se reafirmó en su disposición de emprender un proceso de mediación para abordar el conflicto, pero a su vez dio por sentado que en los próximos días las instituciones catalanas tendrán que aplicar el resultado del referéndum.
Un jueves en el que la deriva soberanista recibió un duro golpe: Cataluña perdió la sede social de Banco Sabadell — en favor de Alicante —, la segunda entidad financiera catalana y la cuarta de España por volumen de activos globales.
Pero también España sufrió el cimbronazo, explica Palma Cané.
"El proceso (independentista) se ha salido de cauce. (…) Estamos ante una situación que nadie sabe cómo va a continuar. (…) Ya el impacto sobre el mercado español ha sido muy claro. Cuando se genera este tipo de incertidumbre, impacta negativamente en los mercados. Vamos a tener una marcada incertidumbre y volatilidad en el mercado español, y también resultó afectada la deuda española".
Para el economista, el referéndum independentista catalán, "jurídicamente es ilegal, y económicamente, es irracional".
Lo cierto es que Merkel se encuentra debilitada por los resultados, y se verá forzada a pactar con los euroescépticos y los verdes para poder gobernar. A esto se suma, que ya en las parlamentarias francesas de junio, Macron también quedó debilitado. Así y todo, y tras las elecciones alemanas, el mandatario galo volvió a alzar la bandera reformista. Pero da la impresión que todo no pasará de ser una puesta en escena.
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Palma Cané opina que Merkel está evidentemente debilitada.
"Si bien ganó, fue la peor elección de la Democracia Cristiana de los últimos doce años, por el porcentaje de votos que alcanzó. (…) Lo que le queda a Merkel es una coalición que es una 'melange' con un partido de derecha que es euroescéptico, y los ecologistas, los verdes, que uno no sabe si son de centro-izquierda o de centro-derecha. Hay una 'melange' ahí también", explica el experto.
De no llegar a acuerdos para formar Gobierno, la canciller alemana se verá obligada a volver a convocar a elecciones, lo cual, según Palma Cané, volverá a debilitar al eje franco-alemán y sus aspiraciones reformistas que son tan necesarias (para Europa) en este momento.
"Entre este disparate o dislate de Cataluña, y la pérdida de poder a través de las últimas elecciones de Merkel, y también el golpe que sufrió Macron en las parlamentarias (de junio), atrasan o debilitan el fortalecimiento que es perentorio de la UE, porque es evidente que la UE necesita un 'aggiornamiento' económico, político, fiscal, bancario, etc., que los únicos que estaban en el camino para implementarlo, por convicción y por capacidad, eran Francia y Alemania", concluye el economista Luis Palma Cané.
