El Cosmódromo de Baikonur, una plataforma de lanzamientos espaciales, fue el escenario de uno de los episodios más importantes del siglo XX. Desde allí, el 4 de octubre de 1957, se llevó a cabo la puesta en órbita del Sputnik 1, el primer satélite artificial.
Según el físico argentino Mario Díaz, director del Centro de Astronomía de Ondas Gravitacionales de la Universidad de Texas en Valle de Río Grande, surgió así en EEUU el "síndrome del Sputnik".
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"Vivo desde hace 30 años en EEUU como científico y educador, me ha tocado vivir el impacto del síndrome, una respuesta desesperada de los estadounidenses al lanzamiento del satélite ruso para mejorar la ciencia en las escuelas", dijo a Sputnik el científico, integrante del equipo de investigación merecedor del premio Nobel de física 2017.
En noviembre de 1957, el Sputnik 2 llevó dentro a Laika, una perra que se transformó en el primer ser vivo en orbitar la Tierra. La particular 'cosmonauta' no sobrevivió al calentamiento de la cápsula. Pero nuevamente en 1961 la URSS se puso a la vanguardia, al lanzar el Vostok 1, el cohete que llevaba a Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio.
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Menos de un año después del lanzamiento del Sputnik 1, en julio de 1958, EEUU fundó la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio, la NASA, en respuesta a las victorias en la cosmonáutica que protagonizaba Moscú.
"Es muy significativo que fuera la URSS la primera en lanzar un satélite. Por lo general siempre se suelen valorar los logros y los alcances de EEUU dentro de la Guerra Fría y se la coloca la amenaza, como la presencia constante del mal, cuando a lo largo de la historia vemos que en general siempre se encuentra a la defensiva", dijo a Sputnik Martín Baña, catedrático de Historia Rusa de la Universidad de Buenos Aires.
A criterio del experto, "el impacto simbólico" del hito espacial soviético fue "inmenso". Tanto, "que impulsó a EEUU a un desarrollo tal de su actividad que años más tarde se vuelve el primer país en enviar un hombre a la Luna" en 1969.
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"El envío del Sputnik al espacio sirvió para reforzar y consolidar la posición de la URSS como un faro dentro del mundo, en el sentido de que podía mostrar que la sociedad comunista que intentaba construir era una opción viable dentro del mundo y que no solo bases sólidas sino que además podía mostrar resultados concretos", dijo.
Hoy en día, aún tenemos que agradecerle mucho al Sputnik. En tiempos en los que el acceso a internet y las telecomunicaciones se dan como algo por sentado, es bueno recordar la importancia de la tecnología satelital inaugurada por el proyecto soviético.
"La comunicación moderna no existiría si no fuera por el desarrollo y competencia espacial de aquel entonces. Es un momento crucial en la revolución tecnológica moderna", recordó Mario Díaz.
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"En retrospectiva, el lanzamiento [del Sputnik 1] fue el puntapié inicial pero fundamental para el desarrollo de las telecomunicaciones y el modo en el cual el mundo hoy se conecta", precisó el historiador.
Hoy en día, miles de personas visitan en el museo espacial de Moscú la maqueta del Sputnik. Mario Díaz narró que fue "una de las primeras cosas" que hizo en su visita al país eslavo, pues "ese desarrollo tecnológico de la URSS es parte de la historia de la humanidad, el comienzo de la aventura espacial".
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En ese sentido, abrió una infinidad de interrogantes y de iniciativas para conocer el espacio. Para algunas se ha encontrado respuestas y han prosperado. Otras tantas aún son una incógnita para el humano.
"Sin dudas ese lanzamiento abrió un camino del cual todavía no sabemos bien el resultado, porque la exploración del espacio es un campo todavía bastante virgen y sobre el cual se descubren cuestiones casi todos los días", concluyó Baña.