Ante las contingencias, con cientos de reportes de fugas de gas, tras los sismos que afectaron el sur y centro del país, y los huracanes que golpearon las costas, el desempeño de la infraestructura gasífera demostró "la resistencia de sus materiales" dijo la AMGN en un informe.
Durante los sismos hubo temores por numerosos reportes de fugas de gas, sin embargo la industria gasífera privada indicó que las redes de distribución "cuentan con sistemas satelitales y automáticos de cierre de válvulas en distintos puntos de la red".
Ese mecanismo contribuye a "mantener las condiciones de seguridad al cortarse inmediatamente el suministro de los edificios o zonas en probable riesgo", dijo la asociación de los industriales del gas natural, con unos 20.000 millones de dólares en actividades de distribución, transporte y almacenamiento.
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Las empresas recibieron "reportes de olor a gas, los cuales ascendieron a 1.188 en la Ciudad de México, y fueron atendidos en su totalidad".
En los centrales distritos de Puebla y el Estado de México, que colindan con la capital, "las actividades continuaron normalmente", dijo la asociación empresarial.
Los proveedores de ese hidrocarburo explicaron que los ductos empleados para la conducción de gas natural en México "son fabricados en acero y polietileno, materiales certificados por su resistencia y flexibilidad, conforme a las normas oficiales e internacionales y utilizadas en zonas altamente sísmicas como la Ciudad de México".
Tras los sismos en los cuales murieron casi medio millar de personas y decenas de miles de viviendas fueron afectadas, las operadoras de las redes de distribución en hogares, comercios e industrias "activaron los protocolos de emergencia y desplegaron cuadrillas de apoyo y supervisión en campo".
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En los gasoductos que recorren distintas zonas del país, "los sistemas de alta tecnología permitieron monitoreo 24 horas, los siete días de la semana", añade el reporte.
El servicio a los clientes se reactivó, al confirmarse el "estado óptimo" de las estaciones de servicio.
Finalmente las empresas expresaron su solidaridad con las familias de las víctimas y personas damnificadas en Oaxaca, Chiapas (sur), Ciudad de México, Puebla y Morelos (centro).
La asociación realizó donativos en efectivo, víveres, equipos de protección para labores de rescate, medicamentos, y acciones de apoyo de mediano y largo plazo, en la reconstrucción de las comunidades afectadas.
El Gobierno mexicano estima en más de 2.000 de dólares el costo de la reconstrucción en marcha.